Relatos

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PRÓLOGO

BARCO “NOUVEAU LEVER DU SOLEIL”.
SEPTIEMBRE DE 2023.
ORIGEN: MONTREAL, CANADÁ.
DESTINO: ESPAÑA.
UBICACIÓN ACTUAL: MITAD DEL ATLÁNTICO.

– Tendrás que disculparme. Después de tantos días oculto en el barco tenía ya ganas de hablar con alguien; normalmente no soy tan charlatán.
– Ommfff…. Ouhhhh….
– Seguro que estás pensando que ojalá no hubieras abierto esa portezuela, ¿verdad? Bueno, creo que yo no. Jijijijiji – La risa que brotaba de la garganta deforme recordaba al ruido de un roedor. – El viaje es más ameno acompañado. Pondré un poco de música. Muy bajita, que no queremos que nadie más nos encuentre, ¿verdad?

“Someone told me long ago
There’s a calm before the storm
I know, it’s been comin’ for some time.
When it’s over so they say
It’ll rain a sunny day
I know shinin’ down like water

I want to know
Have you ever seen the rain?
I want to know
Have you ever seen the rain
Comin’ down on a sunny day?

– ¡Oh! ¿No adoras a La Creedence? Son más que estupendos. – La voz nasal articulaba las palabras con un acento francés muy característico, como si las sílabas repiqueteasen al chocar con el paladar. – Recuerdo que los conocí casi al final de la banda. Pobrecitos. Estaban desesperados por tener que dejar los escenarios… ¡En fin! Les faltó valor, o ambición, para agarrar su sueño con las dos manos. Hay que tener una gran determinación y ser fuerte de mente para firmar el contrato que asegure tu éxito, ¿sabes? Aunque a veces pienso que Jon sí que llegó a aliarse con algún demonio, por su cuenta, para seguir componiendo. Siguió haciendo buenas canciones, desde luego. Pero ya sin tanto éxito. Seguro que no leyó bien la letra pequeña del contrato. Les pasa a muchos, ¿sabes?.
– “…”
-¿Te he contado ya por qué estoy en el barco? Me ha enviado Él. Mi Señor. El más grande: Metathiax. A él no le gustó que Goulet se marchase así de la ciudad, tan de repente, ¿sabes? Como soy pequeño y difícil de descubrir, me ha pedido que lo vigile. No quiere que haga planes con el hermano del Dragón y que lo excluyan, ¿sabes?
– “…”
– ¿Que no sabes quién es Goulet? Sí, sí que sabes quién es. Sin duda lo has visto. Es tan alto y guapo que seguro que, inconscientemente, lo has etiquetado como “gente agradable”. Es inevitable, ¿sabes? Pero es un depredador terrorífico. No deberías dejarte engañar o no durarás ni una noche… Bueno… quiero decir… Ya me entiendes.

Tras un silencio incómodo breve, la pequeña figura se abalanzó sobre su interlocutor.

– ¡¡¡MMMMMMMM…!!!

No se levantó de la silla (no podía) pero los espasmos del cuerpo pusieron a prueba la madera de la que estaba hecha, haciéndola crujir con un sonido agudo. En su cuerpo había aparecido un destornillador donde antes había una clavícula.

– ¡¡¡MMMMMMMM…!!!

Los ojos del marinero parpadearon como intentando liberar la tensión que atenazaba el pecho y que no podía liberarse mediante el grito ni el llanto: la boca sellada con grapas de tapicería no podía abrirse.

– ¡¡¡MMMMMMMM…!!!

Las lágrimas comenzaron a brotar de nuevo.

Look at all the happy creatures dancin’ on the lawn
Dinosaur Victrola, listenin’ to Buck Owens
Doo, doo, doo, lookin’ out my back door

– Me encanta el sabor salado del miedo… – con su pulgar corto y rechoncho, Midget recogió las lágrimas y las llevó a su lengua. Chasqueó los labios con placer – Ahora vamos a jugar al “periscopio”, ¿sabes? No te muevas.

Con la destreza que acompaña a la práctica, ensartó un anzuelo en el ojo del marinero y comenzó a girar el carrete de la caña de pescar. El hilo de pita se apoyaba en una tubería por encima de la silla en la que el marinero estaba ensartado, por lo que el tirón venía verticalmente.

– No te muevas mucho o el ojo se desgarrará. He conseguido sacarlo entero en mis tres últimas ocasiones… No es nada fácil, ¿sabes?
– ¡¡¡¡MMMMMMMM…!!!!

Despacio, el ojo “pescado” fue saliendo de su cuenca. Emitió un sonido húmedo cuando por fin salió del todo. Extraído de su lugar natural, el globo ocular parecía demasiado grande como para haber estado alojado en la órbita y no era tan esférico como uno podría pensar. El nervio óptico lo mantenía unido al cuerpo como un cordón umbilical.

– ¡¡Jojojojojojojo!! – una risa malvada llenó la estancia. Con una mano, el enano tapó el ojo sano de su presa – ¡Arriba el periscopio! ¿Qué ves ahora, marinero? ¡¡¡Jajajajajajaja!!!

El marinero, clavado en la silla, no podía hacer nada por defenderse. La adrenalina que su cuerpo bombeaba compensaba el dolor que pudiera sentir, pero el horror lo consumía. Poder ver con el ojo fuera de la cuenca lo empujó más allá de la cordura.

“Bother me tomorrow,
today, I’ll buy no sorrows
Doo, doo, doo, lookin’ out my back door

Tras los últimos acordes de la canción y un zumbido, la cinta de música se detuvo.

– ¿Nos hemos quedado sin banda sonora?
– “Mmmm…. humhum…”
– No te preocupes, amigo. El aparato da la vuelta a la cinta él solo, ¿sabes?

“Oh, Suzie Q
Baby, I love you, Suzie Q”

– JAJAJAJOJOJOJOJOJOOOOOO

“I like the way you walk
I like the way you talk
I like the way you walk
I like the way you talk, Suzie Q”

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